Imagina llegar en tu crucero al puerto de Quebec y, al bajar, sentir que el encanto de la ciudad te envuelve por completo. Calles empedradas que parecen sacadas de un cuento medieval, murallas centenarias que recuerdan batallas pasadas, cafés donde huele a mantequilla recién derretida y sirope de arce, y la silueta inconfundible del majestuoso Château Frontenac dominando el horizonte. ¿Sabías que Quebec es la única ciudad amurallada al norte de México y que su casco antiguo está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO? No es casualidad que cada vez más viajeros elijan cruceros por Canadá para vivir esta experiencia única.
Pero Quebec no es solo una postal de cuento: también tiene un pasado vibrante. Fundada en 1608 por Samuel de Champlain, fue escenario de disputas entre franceses e ingleses durante más de un siglo. La célebre Batalla de las Llanuras de Abraham en 1759 cambió para siempre el destino de Canadá, al pasar la Nueva Francia a manos británicas. Hoy, aquellos campos de batalla son parques verdes donde locales y turistas hacen picnic, contemplando el río San Lorenzo como si la historia hubiese decidido descansar por fin.
Y es precisamente esa mezcla —herencia francesa, influencia británica y alma canadiense— lo que convierte a Quebec en un destino único dentro de un crucero. Ninguna otra escala del Atlántico Norte puede ofrecer al mismo tiempo murallas medievales, cataratas de más de 80 metros de altura, rutas gastronómicas irresistibles y una atmósfera europea en pleno corazón de América.
Por eso, antes de hablar de las navieras que incluyen Quebec en sus itinerarios, merece la pena detenerse y preguntarse: ¿qué planes son imprescindibles para aprovechar tu escala en esta ciudad inolvidable?

Qué hacer en tu escala en Quebec
Pasear por el Viejo Quebec
El Viejo Quebec (Vieux-Québec) es el corazón histórico de la ciudad y la primera parada obligatoria en cualquier escala. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, este barrio amurallado conserva intacto su trazado del siglo XVII, con calles adoquinadas, casas de piedra y balcones de hierro forjado que recuerdan a las ciudades del norte de Francia.
Un paseo por la Place Royale te transporta a los orígenes de la Nueva Francia: aquí se levantó la primera residencia permanente de Champlain y todavía puede verse la iglesia de Notre-Dame-des-Victoires, una de las más antiguas de Canadá. No olvides acercarte a la Rue du Petit-Champlain, considerada una de las calles comerciales más bonitas de Norteamérica, repleta de boutiques artesanales y cafés perfectos para probar un croissant recién horneado.
Naturaleza en estado puro: Cataratas de Montmorency
A tan solo 15 minutos del centro, las Cataratas de Montmorency sorprenden a quienes piensan que solo en Canadá se puede ver algo así en Niágara. Con sus 83 metros de altura, son en realidad más altas que las Cataratas del Niágara, y ofrecen la posibilidad de cruzarlas por un puente colgante o contemplarlas desde un teleférico panorámico. En invierno, incluso se forma un impresionante “cono de hielo” en su base, una postal que parece sacada de otro planeta.
Un viaje al pasado en la Ciudadela y el Parque de las Llanuras de Abraham
Para los apasionados de la historia militar y las vistas panorámicas, la Ciudadela de Quebec es un lugar imprescindible. Se trata de una fortaleza activa en forma de estrella, construida por los británicos en el siglo XIX, que aún hoy es sede de un regimiento del ejército canadiense. Además de recorrer sus murallas y cañones, aquí se realiza el tradicional cambio de guardia en verano, un espectáculo muy al estilo londinense pero con sabor canadiense.
Justo al lado se extiende el Parque de las Llanuras de Abraham, escenario de la famosa batalla de 1759 en la que los británicos derrotaron a los franceses y cambiaron el rumbo de la historia del continente. Hoy, este espacio verde es el “pulmón” de Quebec, perfecto para caminar, hacer un picnic o simplemente contemplar cómo la ciudad se abre hacia el río.

El imponente Château Frontenac
Si hay un edificio icónico en Quebec, ese es el Château Frontenac. Construido a finales del siglo XIX como hotel de lujo por la compañía ferroviaria Canadian Pacific, este castillo domina el skyline de la ciudad y es, probablemente, el hotel más fotografiado del mundo. ¿Lo mejor? Aunque no seas huésped, puedes recorrer su interior, admirar sus salones históricos y salir al Dufferin Terrace, un paseo panorámico con vistas espectaculares al río San Lorenzo y a la Île d’Orléans.
Una curiosidad: se dice que el castillo está encantado por el fantasma de Louis de Buade, conde de Frontenac, gobernador de Nueva Francia en el siglo XVII, quien “regresó” simbólicamente a su ciudad favorita tras la construcción del hotel.
Sabores de Quebec: poutine y sirope de arce
¿Qué sería de una escala sin probar la gastronomía local? Quebec es un paraíso para los más foodies. El plato estrella es la poutine, una contundente mezcla de patatas fritas, queso en grano y salsa gravy caliente, que nació en la década de 1950 en una zona rural de la provincia. Si prefieres algo más ligero, busca puestos de sirope de arce, símbolo canadiense por excelencia, ya sea en galletas, caramelos o incluso como glaseado en carnes.
Para los amantes del vino y la cerveza artesanal, la Île d’Orléans ofrece bodegas y microcervecerías donde degustar productos locales en un entorno de campos y huertos. Una excursión ideal si dispones de más horas en tu escala.

Navieras que hacen escala en Quebec
Si algo confirma la popularidad de Quebec como destino es la diversidad de navieras que la incluyen en sus rutas. Desde gigantes modernos del ocio hasta barcos boutique de lujo, todas coinciden en que esta ciudad merece un lugar destacado en los itinerarios que recorren Canadá y Nueva Inglaterra. ¿Qué naviera encaja mejor contigo?
Norwegian Cruise Line: libertad para explorar a tu ritmo
Norwegian Cruise Line es la opción perfecta para quienes prefieren un estilo de viaje flexible y sin etiquetas. Su filosofía Freestyle Cruising encaja a la perfección con Quebec: puedes pasar la mañana paseando sin prisa por el Viejo Quebec y, por la tarde, lanzarte a una excursión a las Cataratas de Montmorency sin preocuparte por horarios rígidos a bordo. Además, el ambiente cosmopolita y relajado de esta naviera combina muy bien con la diversidad cultural que respira la ciudad.
Cunard: tradición británica en tierras francesas
Cunard es sinónimo de elegancia clásica y protocolos refinados. Sus barcos, herederos de una tradición de más de 180 años, ofrecen un contraste fascinante al atracar en Quebec: un pedazo de la realeza británica en una ciudad de alma francófona. Los viajeros que eligen Cunard suelen disfrutar de la historia y la arquitectura, por lo que caminar entre murallas, visitar la Ciudadela o explorar la Place Royale se convierte en un complemento natural a la experiencia a bordo.
Explora Journeys: lujo contemporáneo y sostenible
La naviera del grupo MSC, Explora Journeys está revolucionando el mundo de los cruceros de lujo con su propuesta íntima, sostenible y enfocada en el bienestar. Sus itinerarios en Quebec están pensados para quienes buscan algo más que “visitar”: se trata de vivir la ciudad con experiencias personalizadas, desde degustaciones de vino en la Île d’Orléans hasta talleres gastronómicos con chefs locales. El tamaño más reducido de sus barcos permite atracar en puertos céntricos y disfrutar de la escala con más exclusividad.
Holland America Line: historia y exploración
Holland America Line es la naviera ideal para viajeros que disfrutan tanto de la historia como de la cultura local. Con más de 150 años de trayectoria, su perfil de huésped valora la autenticidad de los destinos. No sorprende que Quebec sea una escala estrella: recorrer sus museos, admirar los murales históricos del Petit-Champlain o escuchar a músicos callejeros francófonos encaja con esa búsqueda de experiencias culturales profundas.
Princess Cruises: equilibrio entre relax y descubrimiento
Princess Cruises combina lo mejor de ambos mundos: comodidad a bordo y exploración en tierra. Sus escalas en Quebec suelen ir acompañadas de excursiones bien organizadas, ideales para quienes quieren aprovechar al máximo sin complicaciones. Desde un recorrido panorámico por la ciudad hasta escapadas de un día completo a las Cataratas de Montmorency, Princess ofrece itinerarios equilibrados para familias, parejas o grupos multigeneracionales.
Virgin Voyages: el Quebec más alternativo
Si buscas un crucero diferente, Virgin Voyages te sorprenderá. Esta naviera “adults only” apuesta por un estilo rebelde y moderno: gastronomía innovadora, espectáculos poco convencionales y diseño rompedor. Una forma distinta de acercarse a su esencia, más joven y contemporánea.

¿Deseando hacer las maletas?
Quebec no es solo una escala más en tu itinerario: es un destino que mezcla historia, cultura, gastronomía y paisajes en un escenario único en América del Norte, y las navieras lo saben bien. Ya sea el estilo libre de Norwegian, la elegancia de Cunard, el lujo íntimo de Explora Journeys, la mirada cultural de Holland America, el equilibrio de Princess Cruises o la energía alternativa de Virgin Voyages, todas coinciden en algo: Quebec es una joya imprescindible en sus rutas.
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